Nuestra página web es como el escaparate virtual de nuestro negocio,  por ello debe ser clara, limpia y bonita. Y aunque en cuanto al estilo de las páginas web podríamos estar hablando mucho tiempo, hoy venimos a hablar de algo muy importante: las tipografías.

La tipografía, es decir, el tipo de letra que escojas será parte de la estética de tu página web, ayudará a darle una unidad al concepto que estés buscando, y formará parte de tu identidad corporativa. Por eso, debes darle la importancia que requiere. Además, al igual que en las letras manuscritas, debe ser una letra legible que ayude a ver los contenidos, que en ningún caso entorpezca la lectura.

Pero como es algo más complicado que eso, queremos facilitarte los aspectos que debes tener en cuenta al elegir tu tipografía ideal:

Familias tipográficas

Existen muchas clasificaciones de familias tipográficas, ya que cada vez hay más y más fuentes donde elegir. Pero vamos a centrarnos en dos en concreto ya que, de esas, parten todas las demás.

Fuentes “Serif”

Esta tipología incluye todas aquellas fuentes que, como su nombre indica, poseen “serif”. Es decir, contienen un remate externo o un acabado que queda con un adorno fuera de la propia letra. El ejemplo más característico es la Times New Roman, pero también lo son la Book Antiqua o la Georgia. Esta familia se usa habitualmente en los documentos impresos; en libros, diarios, revistas…

Fuentes “Sans Serif”

En el otro lado de la balanza aparecen las Sans Serif. Estas son aquellas que no poseen estos remates o decoraciones. Por ejemplo, esta que estamos usando. (Arial, Calibri, Impact…) Esta tipología es muy útil para los cuerpos de las publicaciones, por ejemplo. Además, es la que se pone por defecto en las redes sociales. Si nos fijamos, tanto Instagram como WhatsApp, Facebook… Todas usan letras Sans Serif.

Otras fuentes: scripts y decorativas

Además de estas dos fuentes principales existen muchos otros estilos de fuentes tipográficas. Algunas de ellas, que en los últimos años se utilizan mucho son las scripts o manuscritas, es decir, aquellas fuentes tipográficas que simulan la escritura a mano. Es una buena elección para títulos, para poner el nombre a modo firma al final de un documento, para algo más emotivo…

Por otro lado, también se utilizan las tipografías decorativas, es decir, todas aquellas que tienen elementos puramente estéticos. Hay que tener especial cuidado con estas fuentes ya que pueden entorpecer o dificultar la lectura.

Jerarquía tipográfica

Y cómo no, en nuestra página web queremos que unos textos destaquen sobre otros. No es lo mismo el titular que esa cita que añadimos para que la web tenga dinamismo. Para ello, hay que aplicarle una jerarquía. ¿Sabías que existen los H1, H2, H3…? Eso significa Heading 1, Heading 2… Es decir, normalmente las páginas ya te ofrecen la opción de jerarquizar tus contenidos. Pero, además de aplicarlo, es muy importante tener en cuenta qué tipo de letra usarás para cada uno de ellos. Aun que combinar fuentes es muy tentador… lo mejor es no excederse y no usar más de tres tipografías distintas. Pero es posible jerarquizar con la misma tipografía. ¿Cómo? Usando sus variaciones.

Para empezar, puedes jerarquizar con el tamaño de fuente. El heading o titular 1 no será igual de grande que el cuerpo, por ejemplo. Pero además puedes usar la fuente en negrita, o en cursiva para jerarquizar aun más tus contenidos. De este modo, todos los usuarios tendrán muy claro qué es lo más importante de tu web, y llevarán una lectura fácil y guiada que hará que no se sientan perdidos o cansados de estar en ella. Además, existe otro componente que cabe tenerse en cuenta a la hora de jerarquizar los contenidos: el color. Aunque, de nuevo, es muy importante que tu web no se convierta en un arcoíris sin sentido, el contenido puede servir para darle más importancia a aquellas partes que quieras destacar.

Qué fuente usar en cada caso

Pese que hay fuentes más adecuadas que otras a la hora de crear tu página web, no existe una fuente perfecta para cada una, sino que más bien esa elección va a ser tuya. Pero sí hay algunas pautas que no está mal tener en cuenta. ¿Cuáles? Saber a qué público te diriges. Esto será fundamental a la hora de escoger la fuente de tu web, ya que el público al que te dirijas hará que haya fuentes que ni se te pase por la cabeza utilizar. Por ejemplo, si tu página web será para niños, una opción genial es buscar una fuente más divertida (pero siempre siempre legible) para darle un toque más infantil y atractivo para el que será tu público. En cambio, si tu web es una de marketing digital como lo es coMsentido, conviene una fuente tipográfica más seria, quizá una Sans Serif, aunque se puede combinar con:

Color de la tipografía

Como ya sabemos, el color sirve para jerarquizar los contenidos, pero también para darle unidad y estética a tu página web. En el caso de coMsentido, usamos los colores corporativos ya que, además de ser nuestros colores de marca y ayudarnos a crear una marca sólida, ¡nos encantan!

Tamaño de la tipografía

El tamaño de la fuente que escojamos no solo va a servir para jerarquizar, sino que también es importante ver si es el adecuado para ser leído. Si el cuerpo de tu página es demasiado pequeño no será atractivo a la lectura, pero si es demasiado grande tampoco favorecerá que los usuarios que accedan a ella decidan leerlo. Por tanto, debes buscar el punto medio, que, cómo no, dependerá de la tipografía.

Otros aspectos para tener en cuenta

Si pensabas que habíamos acabado… ¡Aun no! Quedan algunos puntos que deberás tener en cuenta al realizar tu página web.

Interlineado

El interlineado hará que la fuente que hayas usado se vea bien. De nuevo, un interlineado demasiado grande quedará poco estético y útil, ya que no inspirará a seguir leyendo. Y un interlineado pequeño en exceso, hará que no sea atractivo a la vista, o que incluso sea difícil leer tus contenidos. Por eso, el interlineado es algo que deberás mirar y volver a mirar para que no te falte ningún detalle.

Espacios en blanco

Los espacios en blanco en el diseño son fundamentales. Una página web demasiado cargada hará que todo el que entre tengo demasiados estímulos y no podrá centrar su atención. Por eso, entre texto y texto, es muy importante que haya espacio en blanco, así como entre titular y cuerpo, por ejemplo. ¡Debemos perder el miedo al espacio en blanco!

Distribución en el espacio

No solo es importante la jerarquía para guiar a los distintos usuarios, también lo es el cómo está distribuida cada una de las páginas de tu web. Es importante que tenga una distribución clara y con sentido, ya que, si no, no llegará aquello que pretendes que todo el mundo lea.

Uso de las mayúsculas

Aunque las mayúsculas son muy tentadoras… ¡no hay que abusar de ellas! Meter mayúsculas en medio de un texto, por ejemplo, es hacer un uso erróneo de ellas. ¡Para eso están las negritas! Aunque de vez en cuando y de manera muy puntual puede hacerse, no es nada recomendable excederse con ellas.

Navegadores y tipografía

Finalmente, no podemos olvidar para quién escribimos, y ahora no me refiero a la persona que nos leerá… ¡sino al navegador que usemos! Debemos adaptar la tipografía a la página que estemos usando ya que, si es una fuente muy muy exclusiva o diferente, es posible que el navegador no te la reconozca y se ponga la que venga por defecto. Por eso, antes de hacer todo el trabajo para nada… Comprueba que pueda usarse.

Y para eso también tenemos un truco casi inigualable… ¡Descárgala en Google Font! Estas fuentes están hechas para funcionar en Google, así que, si quieres asegurarte desde un principio, esta es una clave que deberás apuntar.

 

Ahora que ya sabes todo lo necesario sobre las tipografías para tu web… ¡lánzate a hacerla! Desde coMsentido esperamos que este post te haya sido muy útil y si quieres sabes más, consulta nuestro blog, estamos seguras de que encontrarás contenidos de tu interés.